Dando vueltas...

OFF: Aviso: Este rol puede incluir contenido sexual o erotico, quienes lo lean sera bajo su propia responsabilidad.






Me paseaba de forma algo perseguida por la casa que ahora mi
esposo y mi hermosa hija, si, hija, aunque aun sonase raro pronunciarlo, vivíamos
de forma casi perfecta. Recorría los pasillos inspeccionando las paredes como
si fuese necesario, pero en realidad me encontraba caminando de forma pasiva
hacia mi, digo, la habitación de Edward y mía....

Al llegar a esta, me senté en la cama, y me quede en silencio por varios
minutos, sumida en una profunda reflexión sobre el todo y la nada, sobre mi
felicidad en la vida eterna, como yo no lo había deseado pero ahí estaba...y lo
amaba.

Mi esposo, mi hija...como dolían esas palabras, pero de forma placentera.
De repente había dejado de ser una adolescente con problemas con respecto a sus
padres y de repente era una vampiresa...casada, y con una hermosa hija, que
alumbraba de forma eterna nuestra vida infinita…Aunque el solo decirle producía
presión en mi pecho, no me acostumbraría.

Entonces me recosté sobre la cama, la cual no se usaba como un humano lo haría,
pero era lindo tenerla para recostarse y compartir momentos en familia junto a
nuestra niña, la cual si duerme, y en intimidad con mi esposo. Además si quisiésemos
invitar a alguien debíamos pasar desapercibido.

Por lo que una vez recostada en cama, cerré mis ojos, intentando sumirme en un
ensueño físicamente imposible para mi, pero ficticiamente posible para mi
mente...

Reposaba en mi estado pensativo, pero este se vio ampliamente interrumpido por un olor familiar...seria Edward, mi amado esposo, el que se encontraba en casa? O estaba yo tan desesperada por verle que alucinaba con su aroma, con su presencia?

Abrí mis ojos de forma lenta al sentir como el nivel de la cama cambiaba, inclinándose hacia un costado mió. Observe hacia aquella dirección, y ahí estaba Edward, observándome de forma cautivante, clavando sus hermosos obres dorados sobre mi pálido rostro, como si este fuese fascinante para el.

Lo observe en silencio, sin saber mucho que decir, quería saludarlo, besarlo, abrazarlo, una ola de sentimientos de apego a el, pero no podía moverme, no reaccionaba.

Edward si parecía decidirse a responder por lo que escuche como pronunciaba.

Hola amor.

Su voz me despertó de forma cautivante, inmediatamente conteste en forma reflejo y vos baja

Edwad...

Pronuncie de forma tranquila, esbozando lentamente una sonrisa de felicidad, que progresivamente se hacia mas y mas profunda.

¿Sabes que eres lo más maravilloso que me ha pasado en toda mi vida?

Susurro de forma romantica, y yo simplemente no sabia que responder, no sabia como decirle que el también lo era, y mas aun. Simplemente no alcanzan las palabras para describir lo mucho que lo amo.
Sus labios se acercaron algo furtivoz a uno de mis oidos, donde me hizo saber su amor por mi.
Sus palabras resonaban en mis mejillas de forma algo timida.

Te amo.

Dijo sin ningún pudor de hacerlo, y sentí como si mi corazón se parase, si fuese posible claro. Mis ojos se abrieron de forma amplia, e inconcientemente esbozando una alegre sonrisa.

Yo también te amo, Edward.

Dije sin rodeo alguno, sonriéndole de costado, pero sin darme mucho tiempo a sonreír ausente, Edward bajaba sus labios por el perfil de mi rostro con rapidez, hasta que llego a mis labios, reposando sus labios sobre los míos, de forma que me besara dulcemente.
Sumida en aquel beso, lo correspondí con calidez, alzando mi diestra con la cual acariciaba el rostro de mi amado Edward, mi adorado esposo, la persona mas importante para mi.

Ya no me alcanzaban las palabras para expresar mis sentimientos hacia Edward, simplemente son mas grandes que cualquier cosa que pueda decirse con palabras.

Cuando se despego de mi, un gran vació recorrió mi cuerpo, como si me hubiesen quitado una parte de mi misma. No quería que ese beso terminase nunca.
Entonces le mantuve la mirada de forma fija, mientras el parecía reflexionar, no se sobre que, pero por su sonrisa deducí que no era nada preocupante. Al menos eso me consoló, no me hubiese gustado que ese hermoso y profundo beso hubiera terminado por un mal motivo.

Entonces le sostuve la mirada de forma tierna, pero el impulso de mis necesidades fue mas grande que mi conciencia sobre la situación, y volví a besarlo con intensidad, simplemente era demasiado perfecto, lo que mas me llena de alegría, y no podía pasar un momento despegada de mi amado Edward.

Por eso, en silencio, había vuelto a apegar mis labios sobre los de el, acercándome un poco mas a mi esposo. Subí mis manos, para acariciar las perfectas fracciones del rostro de Edward, mientras lo besaba con pasión incontrolable, simplemente no podía separarme de el...

Comenzó a corresponder mi beso de apoco, y parecía infinito, nunca terminar.
Y amaba eso.
El sentimiento de estar apegada a Edward llenaba mi cuerpo de felicidad, estremeciéndolo de una forma poco usual.

De la misma forma en que Edward siempre me decía que mantuviese cordura en nuestro contacto físico, porque según el "no podía controlarse" ...en cierto punto yo tampoco, después de todo, el es la persona que llena todos los aspectos de mi vida, para mi, su cuerpo es perfectamente lo mas atractivo para mi.

Por eso no me detuve, ni siquiera lo pensé, no dude. Yo...continué besándolo, de forma apasionada, intentando demostrar en mis actos físicos el amor inmenso e indescriptible que siento hacia el.

Me advirtió una vez...y yo continué. Lo hice de nuevo, pero continuaba, no podía parar, y el seguía pidiendo entre besos que parase.
Hasta que se separo algo brusco sin pasar a mayores diciendo confiado.

Bien, tu ganas!

Entonces supe que había logrado lo que sabia que talvez no era lo mas correcto pero lo que deseaba con toda mi alma.
Me dijo que estaba bajo su poder, lo cual es irónico, siempre estoy bajo su poder, siempre voy a ser suya, y siempre lo fui.

Eres toda mia.

Volvió a pronunciar tras moverse rápidamente, posicionándose arriba mío, la posición le daba control de la situación, pero era obvio y otra vez irónico su comentario, por los mismos motivos, claro.

Le sonreí algo confiada y de forma cómplice, moviendo a un costado mi cabello castaño rojizo, que en parte cubría mi rostro ya que había quedado algo desordenado.
Cuando Edward me volvió a besar, continué correspondiéndole, de forma total y completamente entregada a el, al amor de mi vida.

Los besos de Edward, los cuales eran una adiccion para mi, continuaban invadiendome de forma placentera y frenetica, sin darme lugar a pensar en lo sucedido.

Yo sabia que pasado cierto punto el no podria controlarse, pero no me importaba.
La debilidad humana que me caracterizaba y el porque no manteniamos contacto fisico en mi condicion humana, ya no estaba presente. En mi luna de miel casi habria estado inconciente hasta pasado la noche.
Talvez por eso no entendia la molestia de mi amado aquella vez en la Isla Esme.
Pero ahora era diferente, estabamos en igualdad de condiciones, y esta vez, no dejaria pasar nada.
Seria atenta a cada detalle, cada roce entre ambos, para recordar todo, absolutamente todo lo sucedido, para poder atesorarlo en mi memoria en los lapsos que me encontrase lejos de mi razon de vida, Edward.

De esta forma continue besandolo, hasta que mi marido se separo algo de mi, para preguntarme que quiero de él...que quiero de él? Lo quiero todo, lo quiero a él, quiero ser de él...Lo que siempre quise.

Y antes de que pudiese responder a tal pregunta curiosa, volvio a hablarme esta vez algo divertido.

Eres mala, ¿Sabias?

Mala? Yo mala? Rei internamente del comentario, por lo que le esboze una sonrisa de costado, sintiendome "mala" como el me llamaba en aquel momento.

Pero me encantas.

Aseguro, nuevamente sin dejarme contestarle palabra alguna. Y sus palabras me dejaban perpleja, pero mi cuerpo actuaba primero.
Con mi diestra acariciando el perfecto pecho de Edward, volvi a besarlo, de forma apasionada e intensa, como si fuese la ultima.
Con la mano que tenia en su pecho, lo tome de la ropa, trayendolo hacia mi, para apegarlo a mi cuerpo, que ahora compartian la misma temperatura.

Entre los besos apasionados que se apoderaban de nuestros cuerpos, Edward pronuncio de forma lujuriosa.

Me facinas.

Que debia decirle? Si no me alcanzaban las palabras para describir todo lo el me hacia sentir. Por lo que solo me limite a decir de igual forma.

Tu a mi, Edward...Te amo.


Comente sin duda alguna al respecto de mis palabras. Pero para ese momento ya me veia sumida en los besos de mi marido, los cuales no reposaban en mi boca, si no que recorrian mi cuerpo de forma fina y delicada, como si yo fuera a romperme de lo fragil que parece mi palida piel.

Tambien pude notar como sus traviesas manos desabrochaban mi camisa, intentando despojarme de esta, y no presente objecion al respecto.

Mientras ladeaba un poco hacia atras mi cabeza para darle lugar a sus besos, con mis manos le ayudaba a desabrochar mi blusa.
Su boca continuaba reposandose sobre distintas localidades de mi cuerpo, de forma lujuriosa y tierna a la vez, y yo no podia evitar querer que me tomase,aunque fuese desprevenida, y me hiciera suya, como lo soy siempre.

Mis labios desatados por la pasión contenida pedían impacientes por el roce de más piel descubierta previamente por los roces de mis manos.

Sin embargo… Me daba cuenta que Bella no mostraba intención alguna de querer lo mismo que yo quería en ese momento, pues a pesar de ayudarme a despojarse de su blusa, no hacía más que eso…

Regularmente cuando me encontraba con ella, solía ser una mujer un poco más entregada que ella misma tomaba lo que quería sin pedírmelo siquiera, cosa que no necesitaba pues yo le pertenecía en cuerpo y alma, pero la Bella que mantenía bajo mi cuerpo actuaba más pasiva que de costumbre.

-“Quizás…” – Comencé a crear teorías mentales de las posibles causas de ese comportamiento.

-“Quizás ella realmente no desea esto y solo me está permitiendo tocarla porque me ama… no porque lo desee” – sí, ese era el pensamiento más obvio que la poca cordura lograba juntar.

Separé mis labios de Bella y proseguí a bajarme de ella quedando de pie sobre el suelo, acomodándome mi camiseta aun sin verla a los ojos.

Que atrevido e irrespetuoso me vi al momento de tomar algo que anhelaba sin detenerme a pensar por un solo momento si ella realmente lo quería.

Si realmente lo estuviera deseando, ella misma actuaría de una manera más activa… hasta yo tendría que temer por mi integridad. Reí ante mi chiste personal.

-Lo siento Bella… debí de comportarme de una mejor manera – Estaba respirando lo más tranquilo que podía, no quería que ella se sintiera incomoda y menos debido a mí causa.

Note como de a poco los besos de Edward, a los cuales estaba convirtiendome en adicta, extasiada por ellos, iban acabando poco a poco.
No queria que eso pasara, porque se detenia?...Porque de repente Edward se alejaba de mi?

Habia algo mal. Edward se alejaba de mi, de hecho se bajo de la cama, dandose vuelta y acomodando su ropa.

Lo observe preocupada, que sucedia?

Edward...

Lo llame algo angustiada al no comprender la situacion.
Pero el me contesto antes de que yo pudiese decir cualquier cosa.

Lo siento Bella… debí de comportarme de una mejor manera

Se estaba disculpando? Ante su esposa? No comprendi la situacion, porque el creeria que yo no deseo tenerlo cerca? Esto no estaba bien e iba hacerselo saber.
Por eso me levante de la cama con rapidez, parandome delante de el.

Edward, que estas diciendo? Crees acaso que esto me molesta?

Mire a un lado y suspire algo nerviosa, no queria terminar atentando contra el, por que yo soy capaz de hacerlo.

Que problema tienes conmigo? Acaso te molesta mi cuerpo, no te gusta? Que te sucede, Edward?

Le cuestione algo euforica y nerviosa, acercandome mas a el, hasta pegar de forma sutil mi cuerpo al de el, mirandolo algo intimidante.

Su confrontación fue inesperada y de alguna manera divertida. Las reacciones poco usuales de Bella me encantaban porque eran reacciones que no podía prevenir y tenía que actuar de acuerdo al momento.

-Amor… tu cuerpo es perfecto tal y como es… ¿Cuántas veces tu cuerpo no ha logrado domarme y hacer conmigo lo que has querido? – Pregunté divertido estrechándola entre mis brazos.

-Es solo que no sé si me dejas sentir tus caricias y palpar tu tersa piel solamente para complacerme porque me amas o porque también lo deseas – Respondí con la voz algo apagada.

Tomé con mi mano su rostro para alzarlo y cruzarme nuevamente con esa mirada tan irresistible que tenía.

-Yo te amo… nunca te obligaría a hacer algo solo para satisfacerme… el acto de hacer el amor consta de dos personas que se aman y que se unen para formar un solo ser… ese ser lleno de cariño y comprensión… si lo haces solamente para satisfacer a tu marido… no es ni un poco comparado con la sensación de hacerlo porque ambos queremos -Afirmé tiernamente endulzando mi voz para tratar de apaciguar la tristeza y el coraje que había despertado en Bella.

La estreché nuevamente encorvando un poco mi espalda para que mi boca lograra estar cerca de su oído y mi rostro cubierto por su largo y castaño cabello.

-Solamente quiero saber una cosa – Mantuve unos segundos el silencio que hacía el momento más romántico y tranquilo.

La apegué mas a mi cuerpo para que sintiera cada detalle de él, que sintiera el ardor de mis deseos por tenerla quemándome incesantemente y que lograra experimentar mi necesidad de esa mujer que tomaba todo cuanto
podía.

-¿Quieres hacer el amor conmigo? -

Mientras escuchaba el dialogo de Edward, el cual no me dejaba refutar nada de lo que decia, miles de respuestas instantaneas surgian en mi mente, a punto de ser dichas con algo de molestia, queria que le recordase como nacio Nessie? Que la condicion de casarnos era que aceptara hacerme suya...aunque fuese una vez?
Era muy ironico que fuera el el que se sintiera intimidado al respecto, cuando el siempre habia sido quien negaba el contacto fisico entre ambos, nunca podia pasarse de un beso.

Comprendo que eso se debia a mi condicion humana, lo cual me hacia extremadamente fragil, fisicamente claro, pero aun asi, yo no le temia, yo...siempre desee que me tomase entre brazos y me hiciese suya en cuanto el lo desease, y cuando no tambien, porque ese era, es y siempre sera mi deseo.

Entonces sus siguientes palabras hicieron referencia a que yo solo estaba complaciendolo, no deseandolo.
Las ganas de callarlo y decirle "Edward estas loco, no sabes que estas diciendo" no faltaban, Yo se muy bien que no debo hacer nada que no quiera, no lo haria, y deberia saberlo.
Tambien tengo muy claro que hacer el amor es algo que se decide porque ambas personas lo quieren...y yo...lo quiero! Entonces porque Edward me estaba haciendo tal planteo?

Talvez el habia confundido mi sumision en sensaciones provocadas por sus besos, con desinteres de mi parte. Entonces considere que talvez en divagué en tal momento, perdiendome en mis pensamientos, mis deseos, cuando mi amado estaba sobre mi disponiendose a continuar despojandome de mi ropa.

Todas mis reflecciones mentales que iban transcurriendo segun Edward pronunciaba palabra, al parecer para peor a causa de mi temperamento, se vieron repentinamente aplacadas por los brazos de Edward, los cuales me rodearon, apaciguando mi cercania amenazante.
Entonces Edward termino de calmar mi molestia con una simple y sincera pregunta, la cual lleno de emocion mi interior.

Quieres hacer el amor?

Escuche en el hilo de voz tan familiar y amado para mi, cada palabra perfecta segun mi parecer, y todo lo que dijese estaba bien.
Su pregunta era algo obvia, pero debia responderle.
Embelezada en sus palabras, perdida en su mirada, lo observe mas tranquila y conteste finalmente, en voz baja y pasiva.

Si, Edward...

Me sonrío al escuchar mi respuesta, y de forma casi
inmediata, me tomo en brazos con facilidad gracias a su fuerza, con la intención
de acostarme en la cama para finalmente concluir de forma apasionada y romántica
nuestro acto sexual.

Antes de recostarme nuestras miradas se cruzaron fugazmente, asintiendo
mutuamente los actos del otro.

Entonces una vez sobre la cama, Edward comenzó a besarme de forma histéricamente
enamorada, y le correspondí de igual manera.
Sus besos me consumían nuevamente en sensaciones y pensamientos que solo el
provoca en mi.

Lentamente sus dedos recorrieron mi piel, la cual se notaba fría, con tan solo
verla se notaba, pero aun así, su mano Marmolada, transmitía una calidez digna
de un humano, a pesar de su estado de vampiro

Una vez que mi blusa ya estaba despojada de mi cuerpo y no lo recubría, otras
prendas mas insignificantes iban siendo sacadas de su lugar funcionario, y al
mismo tiempo, note que la boca de Edward se separaba de la mía, dándoles una
nueva dirección a sus calidos y embelzantes besos hacia el resto de mi cuerpo.

Mi pálido cuerpo se veía ahora bajo la disposición y deseo de mi amado Edward,
y así es como lo quería.
Al sentir como su lengua delicadamente recorría mi abdomen, un leve y pequeño
suspiro se escapo de mi aunque no quisiese que así fuera.
Hasta que el llego a mi ombligo, jugando con esa zona de mi cuerpo, humedeciéndola de
forma divertida para el, y yo ya sin aliento, mientras que mi respiración se
agitaba de forma progresiva y lenta, cada roce entre su cuerpo y el mío, era un
indicio a continuar entregándome de forma plena a mi amado.

Mi amado Edward continuaba con sus seductores besos sobre mi
frío y blanco cuerpo, el cual yacía debajo del suyo.

Él, conciente de lo que provocaba en mi, continuaba besándome de forma apasionada,
acariciando con sus fuertes manos cada espacio que encontraba en mi cuerpo
desnudo.

No podía dejar de observarle con deseo, ocurría aunque no lo quisiese. El estar
en sus manos, el que el me tomase a su parecer, me hacia demasiado feliz, nuevamente
dejándome sin palabra alguna para describir lo que el contacto con Edward me
hace sentir.

De a poco iba despojándome de cada prenda que recubría mi cuerpo, hasta dejarme
en casi total desnudes ante mi esposo, ante quien no debía presentar vergüenza,
mas aun, sentía total devoción.

Entonces, al notar que sus besos cesaban de forma leve para mirarme, me levante
un poco, apoyándome sobre mis codos en la cama, quedando semi sentada.

Observe a Edward durante unos segundos, sonriéndole de costado y algo cómplice.

Alcé mi mano derecha, para acariciar el rostro del marido vampiro de forma
suave, atrayéndolo mas a mi lentamente, y sin quitarle la mirada.

Una vez que lo tuve lo suficientemente cerca, volví a impregnar mis labios
sobre los de Edward, besándolo de forma dulce pero intensa, deseando mas que
nunca que mi amado me tomara e hiciera suya como aquella vez en nuestra luna de
miel...Sabiendo que esta vez seria mejor aun.

Detuve el sendero de besos que impartía por la delicada piel de mi idolatrada esposa para prestar atención por unos segundos la reacción que su cuerpo mostraba al contacto de mis labios, ella noto el súbito cese de caricias y elevo su cuerpo unos centímetros hasta quedar apoyada con los brazos hundiendo ligeramente las partes del colchón donde soportaba su peso para mantener esa posición.

Advertí en aquel momento un minúsculo detalle del que no me había percatado hasta el momento; cuando sus ojos buscaron los míos, pude ver el brillo del deseo opacando un poco el dorado usual de su mirada, eso era una señal inequívoca de que Bella me deseaba tanto como yo a ella.

Una sonrisa surgió de sus labios haciendo resplandecer su rostro de manera etérea y un pensamiento fugaz cruzo por mi mente.

"Es perfecta” –Y lo era, cada detalle de su cuerpo parecía perfectamente diseñado para acoplarse con el mío. Jamás me cansaría de hacer notoria la belleza que poseía siendo humana, pero su conversión había traído consigo los últimos toques que necesitaba para alcanzar la perfección, aunque había tomado el tono rosado de sus mejillas que tanto amaba como pago.

Una suave caricia me saco de mis pensamientos manteniendo mi mente en lo que estaba sucediendo en la habitación. Subí de nuevo hasta sus labios atendiendo su muda petición, respondí su beso aun conteniendo un poco las ansias que se acumulaban en mi cuerpo.

Al acercar a Edward hacia mi rostro, note como me miro
durante unos segundos.
Me hubiese gustado saber que pensaba, pero supongo que viviré con la duda.

Cuando mis labios rozaron de forma tenue los de mi esposo, la desesperante
necesidad de tenerlo cerca me invadió de forma inmediata nuevamente, por lo
que, mientras que con mi diestra acariciaba el perfecto rostro de mi amado
Edward.

Miles de pensamientos bombardeaban mi mente al mismo tiempo que tenia contacto
con la persona que mas amo...Pensamientos sobre como hacia para vivir sin el,
cuando no lo conocía, o cuando debía estar lejos de el...comparado a este
momento, es una tortura, necesitaba a Edward día y noche, cada segundo, con su
perfecto cuerpo junto al frágil mío.

Mientras estos pensamientos de pertenencia hacia mi querido Edward, yo no podía
dejar de besarle, cada vez con mas intensidad y con deseo.
Por su correspondencia, supuse automáticamente que el estaría pasando por la
misma cantidad de deseo que yo, siendo algo mutuo, hacia el momento mucho mas excitante
para ambos.

No parecía importarme si alguien apareciese allí, a decir
verdad, los momentos en los que me encontraba con Edward, a solas o no, para mi
el resto del mundo desaparecía.

Nunca supe que era lo que el tiene que hacia que mi mundo
parase, solo para que me dedicara a el, aprisionándome a el con solo una
mirada, de modo que no pudiese despegarme de el ni siquiera unas horas.


Algo exagerado talvez, pero realmente existente en mi, y no podía
evitarlo, aunque quisiese.

Sin despegar mi finos labios de los del hombre al cual me entregaba con devoción,
con la mano que tenia libre, lo tome de su camisa, acercando su cuerpo al mío,
lentamente, y sosteniendo el largo y apasionado beso, posicioné su cuerpo sobre
el mío, mientras recostaba mi semi desnudo y marmolado cuerpo debajo de su
esculturusa figura que lo caracterizaba.

Sentí como sus manos acomodaban de forma delicada y algo
ansiosa una de mis piernas sobre la cintura de mi marido.

No opuse resistencia alguna, pues el momento era tal cual o
mejor en mi mente existía, junto a el, demostrándonos mutuamente de forma
apasionada nuestro amor, que podría cambiar de la situación? No existe algo
superior, simplemente no existe.

Una vez ya debajo de él, acomodada sobre la cama, entre
sabanas y almohadas ya desordenadas, se separo un poco de mi, pero esta vez no
me llego ningún tipo de angustia por el vacío del no estar en contacto, pues
nuestras miradas eran fijas uno en el otro, sin olvidar el hecho que la agitada
respiración de ambos era presente e igual para los dos.

Era claro que no necesitábamos ni una sola palabra, solo
besos y miradas apasionadas, solo nuestros cuerpos, para que entendiéramos lo
que sentía el alma del otro.

No podía negarme a nada que Edward me pidiera, en ese
momento, me encontré a total disposición de sus deseos, ya que cumplirlos seria
realizar los míos.

El ser uno con él, completa totalmente mi mundo, mi ser, con
eso podría ser mas que feliz…

Con él, soy mas que feliz, no hay explicación para lo que el
me hace sentir.

Note que sus ojos se clavaban con lujuria sobre mi cuerpo,
el cual se encontraba en semi desnudez ante mi amado esposo, aunque aun no me
acostumbrara del todo a la situación, su presencia no me ponía nerviosa, solo
me relaja, me da placer el solo hecho de mirarle a los ojos y que él me sonrisa,
con su perfecta sonrisa, la que me dio una razón porque vivir desde que lo conocí.

Manteniendo nuestras miradas de forma furtiva, nuestra respiración
excitada como único sonido de fondo en el profundo silencio que invadía nuestra
hermosa casa, las manos de Edward recorrieron de forma delicada y con deseo
sobre mi piel, dirigiéndose sin vacilo alguno hacia la ultima prenda que
quedaba sobre mi cuerpo, quitándomela de forma lenta, hasta que esta fuera
arrojada al piso sin mucha importancia.

Al mismo tiempo, él me dirigía una media sonrisa divertida,
era obvia su motivo de ser, y se la correspondí de igual forma.

Mi amado Edward estaba allí, sobre mi, observándome con admiración
como si de una obra de arte se tratara. No podía compararme con eso, pero a sus
ojos es así, y es lo que mas feliz me hace, todo en el, hasta ese pequeño
detalle lo hacen el hombre, digo, vampiro, mas perfecto del mundo.

Se me acerco el hombre al cual con toda devoción me
entregaba, y de la forma mas dulce, llego hasta mi rostro, para así decir unas
palabras con doble sentido que a cuasa de la complicidad pude entender con
facilidad.

Te extrañé

Fueron sus palabras las cuales tomaban mas de una dirección
en su lógica aplicación, que solo ambos podíamos comprender.

En ese momento, sus manos se volvieron hacia mi piel, ahora
si completamente desnuda para el, dejando que sus manos acariciasen con ternura
toda mi fría y blanca piel.

Sus labios se apegaron a mi nuevamente, pero esta vez con
mas intensidad, con deseo incontrolable, de forma que yo también guardaba y comencé
a dejar salir, algo desesperada, de forma apasionada, correspondí su estrecho
de labios con todo lo que me provocaba la situación.