Sin muchos mas rodeos, Edward comenzó a quitarse la ropa de
forma que lo disimulase con besos cuales me sumían en un sueño real pero perfecto, el cual consiste únicamente en el, pero capaz de que no le preste atención a absolutamente nada mas en el mundo.
De repente, sus frías y fuertes manos me tomaron por la cintura algo desprovista, y cuando menos lo esperaba, me poso sobre su escultural vampirico cuerpo, sentándome
delicadamente sobre mi amado Edward.
Volvió a besarme de forma desesperante, dándome a entender que el también
sentía
aquella necesidad de cercanía, de contacto constante con el otro.
Por lo que le correspondí el beso de la misma forma, con deseo y cariño
inexplicablemente fuerte.
Así, finalmente termino de quitar su ropa que ya comenzaba a molestar el contacto entre ambos cuerpos, con habilidad quito su pantalón de forma de no interrumpir aquel apasionado e intenso beso que unía ambos cuerpos agitados por la excitación.
Sus manos recorrían mi cuerpo, podía sentir cada milímetro sobre mi que
acariciaba, como si inspeccionara cada parte de mi, de forma delicada y
lujuriosa por momentos.
Que el me tocase era la sensación mas placentera que podría existir, me
sentí la persona mas afortunada, era un sueño hecho realidad aquel
momento, sin duda lo había soñado repetidas veces.
El hecho de que fuese Edward quien me poseía, a quien me entregue con total seguridad de que el cuidaría de mi mas que a su propia vida, ese sentimiento, verbalmente inexplicable, es el sentimiento mas estremecedor y profundo que he llegado a sentir, si es que es posible algo mas significante para un ser vivo no divino...Aunque para mi, Edward es uno....
Y lo que mas agradezco es que yo fuese a quien el eligiera para compartir su
vida eterna, me sentía hasta en falta con el, como le devolvería toda la
felicidad que me hace sentir?
En esa ocasión mi querido marido se veía mucho mas confiado que en nuestra luna de miel, la cual yo anhelaba profundamente, pero que a causa de mi condición humana no había resultado del todo placentera, ya que en comparación, yo era un pluma al lado de Edward quien, ya para un vampiro, es extremadamente fuerte.
Eso había cambiado, lo cual le otorgo algo de libertad, pero principalmente tranquilidad de que no me lastimaría, aunque si siguiese siendo humana, confiaría plenamente en el, como lo hice la primera vez, en nuestra luna de miel en la Isla Esme...
Fue así como se unió a mi de forma pasional, pasando de casi violento a
totalmente dulce con deseo mutuo. Aun no encuentro forma mas perfecta con la cual pueda hacer que Edward lea de forma pura y sin distorsión lo que cruza por mi mente y alma.
Por eso espero que halla comprendido en aquel preciso momento mi amor, devoción y deseo hacia el, poseyente de mi cuerpo y alma, Edward Cullen.
Definitivamente el tiempo parecía pasar a otro ritmo, completamente diferente con el que el mundo se regia. Pero no por eso fue mas tedioso, por el contrario, cada minuto no era mas que un segundo, haciendo que una hora pasara de forma rápida, y entonces continuáramos por largo rato.
No puedo afirmar cuanto tiempo, ya que en mi mente pasaba de una forma muy diferente.
Aunque gracias a nuestra condición de vampiros, nunca nos cansaríamos físicamente, había que darle un final a nuestro acto de amor mutuamente eterno. Para así continuar con otras actividades y dar lugar en futuro a un nuevo evento como el ocurrido.
Mis gestos cambiaban completamente cuando en una situación como aquella me encuentro, espero haber sido obvia con la mirada, así él pudo haber notado de lo que hablo.
En cambio a mi cerrada mente y a veces poco expresivos gestos,
los ojos de Edward, siempre tiernos hacia mi, se dirigieron para darle lugar a sus palabras, las cuales escuche con extrema atención cuando note que se dirigiría a mi tras acomodar con sus fuertes manos algo de mi cabello revuelto.
Susurro mi nombre, al cual respondí de inmediato de forma leal.
Me pidió que paráramos, y esto me angustio algo, aunque ambos cuerpos hacían caso omiso a sus palabras.
Paso un tiempo hasta que me decidí a detenerme, ni yo ni el lo hizo de forma instantánea tras las palabras reflexivas de Edward, a las que no respondí mas que con una mirada furtiva aun ardiente en deseo y una sonrisa la cual dio paso a un movimiento mas acelerado de mi parte.
Dirigí mi mirada hacia él, de forma algo teatralmente angustiada, de modo que comprendiera mi oposición, había qué terminar?
Nuestra pequeña hija se encontraba con Rosalie y la iría a visitar Jacob, con el cual pasaba horas distraída.
De la familia quien entraría sin pedir permiso...? Nadie lo haría. Éramos solo él y yo.
Y eso él debía saberlo, o por lo menos debía considerarlo.
Por lo que tras haberme quedado en silencio en forma algo reflexiva, jadeando con fuerza de forma inconciente ni intención de ser a veces tan ruidosa, junte algo de fuerza para hablarle, aunque fuese en un volumen bajo, el cual se veía algo opacado por los suspiros de por medio.
Tenemos que detenernos..?
Cuestioné aún no convencida de la idea...aunque quisiese hacerle caso, ya que por primera vez, mi cuerpo era más fuerte que mi mente.
Alce mi diestra, para guiarla hasta el final del cuello de
mi amado esposo, donde comencé el recorrido escogido para mi mano. Esta iba acariciando con lentitud y creciente lujuria por el armado y frío pecho de él.
Me quede observándole nuevamente de forma inquietada,
mientras continuaba acariciando intensamente su cuerpo, esperando respuesta alguna.